El ejercicio no solo fortalece los músculos y cuida el corazón: también es un aliado esencial para la salud del cerebro. Numerosos estudios científicos han demostrado que mantenerse activo mejora la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje, además de reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
En este post te contamos por qué el movimiento es tan importante para el cerebro y cómo puedes incorporarlo en tu vida diaria.
Ejercicio y neuroplasticidad
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones y adaptarse a los cambios. El ejercicio físico estimula esta función, lo que favorece la recuperación tras un ictus o lesión neurológica, y ayuda a mantener el cerebro joven y activo.
Beneficios cognitivos del ejercicio
- Mejora la memoria: la actividad física favorece la producción de nuevas neuronas en el hipocampo, área clave para el recuerdo.
- Mayor concentración: aumenta el flujo sanguíneo cerebral y la oxigenación, lo que mejora la atención.
- Reducción del estrés y la ansiedad: el ejercicio libera endorfinas y regula neurotransmisores como la serotonina.
Prevención de enfermedades neurológicas
Mantenerse activo de forma regular puede reducir el riesgo de padecer Alzhéimer, Parkinson y deterioro cognitivo leve, al proteger las células nerviosas y mejorar la circulación cerebral.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor?
- Ejercicio aeróbico: caminar, nadar, montar en bici.
- Ejercicio de fuerza: mantener la masa muscular ayuda a la salud vascular cerebral.
- Ejercicios coordinativos y de equilibrio: yoga, pilates o actividades que desafíen al cerebro y al cuerpo al mismo tiempo.
El ejercicio es, sin duda, una de las herramientas más poderosas para cuidar el cerebro. No se trata de grandes esfuerzos, sino de mantener la constancia y adaptar la actividad a cada persona.
👉 En NeuroStep Fisioterapia diseñamos programas de ejercicio terapéutico adaptados a las necesidades neurológicas y físicas de cada paciente, con el objetivo de potenciar tanto el cuerpo como la mente.